Podríamos decir que el fútbol es un
tratamiento sorprendentemente eficaz para las personas con Síndrome de Down, ya
que es un juego que fomenta el trabajo en equipo, el buen estado físico y la
comunicación. Para un niño con síndrome de Down puede ser muy duro afrontar una
situación de rechazo en un grupo. Lo que logramos con el fútbol (al ser un
trabajo en equipo) es fomentar el compañerismo y el ayudar al compañero lo que
potencia el sentimiento de aceptación del niño y una mejora de su sociabilidad
con el mundo que le rodea fuera del campo de fútbol.
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